Mis cuatro mininos ya están hechos a la casa y a su mutua compañía. Ishtar observa, alucina, pasa, e incluso a veces se añade a las carreras. Lo que no tiene es instinto maternal en absoluto. Sam es feliz pudiendo desencadenar todas sus ansias de juegos y cariñitos. Bonica todavía no se me acerca pero me deja acariciarla de vez en cuando. Lino todavía tiene miedo a la gente y me elude.
Hora de la siesta. Calor. Cada uno se busca su sitio más fresquito.
Ya más fresquito, los pequeños prefieren hacer piña.
Sam ya ha aprendido a subir la escalerilla. Lo que no sabe es bajar. Bonica está preocupada. Ishtar, como siempre, observa.
Lino juega con Bonica. Ishtar observa. Sam ronronea en mi hombro.
Son monísimos y graciosísimos:
ResponderEliminarMONTSE