sábado, 10 de enero de 2015

Comienza el 2015, y nuestro Angelo sigue sin ser adoptado

 
Angelo continúa en casa. Al pobre no lo quiere nadie. Con lo cariñoso y buenazo que es. Los gatos adultos ya de por si son difíciles de colocar, y si encima le falta un ojo, aún más. Además es gordote, poco ágil y desgarbado, y sus maullidos son, como definía mi cuñado, como de viejo cantante de blues con la voz rota por la vida.
En fin, éstas han sido sus primeras navidades en casa, y se lo ha pasado en grande con tanta gente por aquí haciéndole mimos. Y eso que tiene la mala costumbre de hacer mordisquitos. No sé si es por la falta de visión, pero cuando ve una mano que se le acerca, como que se asusta y muerde. Aunque no hace daño realmente. Incluso al bebé de un año que lo ha perseguido por toda la casa no le ha hecho nada y solo hacía algún amago de mordisquito.
Es un gato necesitado de cariño. Lo tengo encima todo el día, y si le dejara entrar en el dormitorio, toda la noche. Y cómo pesa lo suyo, se me queda el brazo dormido. Se acurruca, acaricia con la cabeza, y lametea todo lo que puede encontrar.
Con la Ishtar es un santo. Lo tiene totalmente dominado. Le quita la comida o lo echa de los sitios y el pobre Angelo le deja hacer de todo. A el le gustaría estar con ella y acurrucarse a su lado pero mi Ishtar es una pava. Nunca ha dejado a ninguno de los gatos que han pasado por casa que se acurruquen con ella. Así que Angelo se le pone cerca pero dejando un espacio vital. Eso si, cuando a Ishtar le da el ataque de correr nocturno, se persiguen los dos por toda la casa y se lo pasan pipa.
 
De juerga con el pequeño:
 
 
Con Ishtar siempre que puede:

 
 Es un crack jugando al Cluedo:
 
Como todos, también tuvo su globito de Fin de Año:
 

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