Con lo apagada y apática que estaba Vespi cuando llegó, ya está como loca por jugar con la Ishtar, comerse su comida, correr por la casa. Lástima que hasta que no le hagan el test no las puedo dejar entrar en contacto. Ahora solo le falta engordar un poquillo, que está en los huesos, pobrecilla.
Haciendo migas con Ishtar: